miércoles, 8 de abril de 2009

Árboles "dañinos"

Dicen que hay árboles como el pino, el ciprés y los eucaliptos que secan el suelo, envenenan el agua y matan a todas las demás plantas que están cerca. ¿Es eso cierto?. --- Celso Morais, Colón, Panamá.

R/. En realidad que no existen árboles tan monstruosos ni tan destructivos por sí mismos, lo que sí es cierto es que una mala decisión o una mala planificación pueden convertir el proyecto forestal más perfectamente intencionado, en una verdadera catástrofe ambiental sin importar la especie. También es cierto que hay muchas especies de árboles en todo el mundo que poseen un comportamiento alelopático lo cual significa que han desarrollado diferentes estrategias muy eficaces para evitar el nacimiento y el desarrollo de otras plantas en los alrededores excepto las de su propia especie. La estrategia alelopática de la mayoría de las especies como las coníferas y los eucaliptos, es la presencia de sustancias herbicidas naturales en su follaje las cuales queman a todas las especies de plantas que se encuentran cerca cuando estas hojas caen al suelo y liberan las toxinas. Sólo sobreviven los arbolitos de su misma especie. Efectivamente se han presentado casos de intoxicación del agua de ríos y lagunas por el establecimiento masivo de plantaciones de estas especies en países tropicales principalmente, pero siempre se presentan en combinación con otras situaciones desafortunadas. Otras especies de árboles como los higuerones (Ficus) y la teca (Tectona grandis) lo que hacen es botar el 100% de sus hojas al mismo tiempo formando en el suelo una hojarasca espesa e impermeable que aplasta y ahoga todo lo que está creciendo bajo la copa. Por tal motivo, una plantación de teca diseñada sin criterio técnico en pocos años convierte en un desierto estéril a cualquier terreno del mundo. Las altas dosis de gas etileno que liberan las frutas de la manzana rosa (Syzygium malaccensis) cuando caen al suelo y se descomponen, marchitan a cualquier planta cercana. Los espinosos cornizuelos (Acacia) por su parte poseen una milenaria y estrecha relación evolutiva con una especie de hormiga del género Pseudomyrmex la cual se encarga de cortar y eliminar cualquier planta que se atreva a crecer en el suelo bajo la copa de estos árboles. Los ejemplos conocidos de estrategias de competencia y sobrevivencia que utilizan las diferentes especies de árboles, podrían llenar enciclopedias enteras, pues todos los árboles que conocemos son el resultado de más de 40 millones de años de procesos de evolución, transformación y adaptación en su lucha por la perpetuación de su especie sobre este planeta, de manera que no hay tal cosa como árboles malos, simplemente es de vital importancia conocer y reconocer muy bien el comportamiento, las características y las necesidades de cada especie antes de tomar la decisión de plantarlas en nuestros terrenos para satisfacer nuestras necesidades.

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